Nada hay que me sostenga,
como libélula cansado
me encuentro en este mar lejano.
Pero este soy yo, entre otras cosas.
Entre otras cosas,
me parece una burla
que nuestros héroes
lloriqueen bajo las mareas de la vida.
Y tan cansado estoy
y tan lejos he llegado
sin rozar siquiera una gota de ola
que el aliento del océano
me ha declarado una trewa
y sus nubes de lluvia me sonríen verticalmente,
entre otros juegos.
Como benignos perros
les han roto las narices,
nuestros héroes golpean la arena
mientras el agua
prepara sus tordos brazos.
Ya no hay vuelta atrás,
entre otras contradicciones,
o me declaro anfibio
o mis alas se ahogaran de tristeza.
Me declaro a favor de lo que inicie
volaré esquivando corales
mis aletas se creerán alas
y serán alas, si la muerte ocurre.
Si ocurre la vida
mi sudor será un llanto
y mis alas siendo alas
lo esparcirán por este interior lejano
que es el mar de los mil nombres.
Por si ocurriese otro camino,
sé que las manos
de este padre amantísimo
me sepultaran cruel y delicadamente.
Y yo me olvidaré de mí
seré todo con el mar
seré nada
y la verdadera muerte
será una anguila que devora
transforma.
Todo estará bien.
Como en este momento
que estoy próximo
de estrellarme contra un muro diáfano
y voy sonriendo
feliz.
Quien tenga sed
que recorra
hasta encontrar el agua
que merece.
No llegar
también es destino.
Marco Antonio Gabriel García.
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