Image Hosted by ImageShack.us El Camaleón

5/28/2004

Que nada se diga en el arenal de hueso;
en blanco están las búsquedas de tanto irnos.
A.G.

Regresemos como tantas veces
a plantar girasoles en las carnes
a nadar entre los pechos
a armarnos de muerte
a perder todo en los tobillos blancos
y las frías calles como peces.

Tiremos nuestros anzuelos cardinales
sobre las arenas,
que el sol dore la espera
creamos que el viento que mueve
estas montañas inciertas
es el mar de las resurrecciones,
porque es el mar que resucita.

Ya no podemos negar los golpes
entre las puertas
ya no estamos sitiados.

Es el mar eólico
con sus inmensos brazos
que mueve al mundo.

Respiramos,
y mueve al mundo;
dormimos,
y mueve al mundo;
deseamos
y mueve al mundo
edificamos
y para al mundo.

Que nada se diga en este blanco arenal
que sea silencio nuestra estancia
que surja el viento
como brillan los objetos
vehementes de realidad.

Que el viento reviente nuestras puertas
transforme
resucite de nuevo a estas arenas
cambie el viento que e s e l v ie n t o .

Ahora
desnudos de la palabra dormida
que se revele el viento de nuestras gargantas
que sea una guía
(imagen ante nuestros ojos)
no sea el camino
es la planicie
páramo eólico de ser mar.



Marco Antonio Gabriel García.