Sol coagulado

Me curo en vida,
levanto mi índice
antes de quemarme.

Sol,
la sal de la marea,
soy un invidente testigo
tengo la fuerza de mil hormigas posibles
con mi calor arrazo bosques tardíos
y árboles infantes.

Nada hay que me sobrepase
te digo, que nada hay que me sobrepase
te repito, nada hay que me alcance
te escribo, nada hay que me alcance.
Soy el divino ojo ciego
el elegido cuesta abajo
-sol coagulado en el vértice de la marea
nada hay más allá de mí.

Juez meditabundo
sentencio a muerte a
quien no pose su lengua
sobre esta estalactitas.
Te repito, nada hay más allá de mí.
En pie sobre la ciudad,
en pie sobre los pueblos
en pie sobre todo
del tiempo yo sostengo su kilometraje

Soy el Mesías con cara de sol
pasado por frondosas intimidades.

De mis manos salen las imágenes
de palabras graves
que has de seguir
te repito…

no soy la vida
la muerte es.