¿Quién tiene sífilis en las arterias del corazón más cercanas a la piel?
La respuesta ya la sabemos, no debo decir tu nombre Hermano
desde siempre hemos dado por sentado que eres tú
el que con tentáculos más amorosos que nadie ama hasta perder la vida
y eso del amor no es cosa finita, tú sí lo eres.
No es que llores cuando crecen hormigueros en tu vientre
ni cuando las manos como zetas han dejado de padecer tu amor
no es que ultrajes a la naturaleza con tu naturaleza
ni que busques en los bosques escondidos las perlas de sangre
-cápsulas que contienen semen y más semen- más fina
ni que el alba conserve su frescura entre tus ojos de aliento.
No hay respuestas para algunas preguntas
el planteamiento es torpe y por lo tanto no existe la respuesta
sólo el olvido como la carne en el asador que es tu tórax
pero no por eso se deja de esperar respuesta que alivie el escozor en el cuello
cuando una foca besa con sus encías de coral tu cuello.
No respuesta, pero la muerte es la misma.
Y yo siempre ofreciéndome
inesperadamente a salvar al pez del anzuelo
como una gruta en el cuerpo de una mujer viniéndome
desamparado y sin respuestas.
Me arden los aretes de la frente
me destruyen los cigarros apagados en los dedos de los pies
me ahoga ser tan cobarde
tan mí.
Leo algunas cosas que son la vida
algunas muertes que pasan inadvertidas
y como un espectador prófugo
sobre un puente miro que nadas
y desearía nadar yo
miro que sucumbes
y desearía que murieras rápido
para yo no sufrir
tan cobarde soy
tan muerto de la carne
tan triste de la ingle
tan sapo del sexo
tan vil y sin ser apedreado
que me levanto todos los días
y golpeo sin que nadie me vea mi estómago
tomo algunos de mis ángeles
y les cerceno algunos deditos
en mis zapatos
pongo algo de dentífrico
y un chip afilado en forma de corazón
y venérea sonrisa corona mi rostro
para que cualquiera vega a golpearme
que sienta mi vil desahucio
que me golpeen
apedreen.
Más nada ocurre
un clown inacabado es mi guardián
algún libro habré leído en las noches de mezclada soledad
que no me deja hundirme
y te veo nadar, desde el fondo del cielo sepia
te veo como un espejo que refleja lo mejor que hay en mí.
Y muero.
Y muero.
Y ya no quiero estar así.
Y deseo diestramente
que alguien tome los lobos
de mi cuerpo
y los vuelva en mi contra
que arranquen los girasoles de mi sexo
y los mastique en mi cara
quiero dejar de ser un sobreviviente de la muerte
quiero algún día mojarme.
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