Estamos en la esquina del mundo hemos hecho un hueco en la arena para reconfortarnos de las lluvias que nunca cesan estamos perdidos con los ojos en extremo rojos la mirada perdida la angustia rasguñando el vientre traemos dos monedas escondidas y nuestras armas hace tiempo que caducaron. Si alguien me lo pregunta: no sé cómo seguimos con las banderas en llamas esta bestia pendiente que no renuncia y que no nos deja morir del todo. |